Suaves contornos de causalidad llaman en la noche solitaria del séptimo día.
En el mismo, se crean anatomías perfectas, cuerpos sinuosos, cargados de placer.
Un gran semental pasillo de placeres que deben ser saciados.
Y es ahí, donde se abre el telón del teatro lujurioso.
Nuestras cámaras encienden su proyección, y con ellas, nuestra percepción.
Una percepción sensorial, un tanto virtual, un tanto mórbida, y un tanto lujuriosa.
La luz amarilla de nuestra gran tecnología comienza a brillar…y ahí empieza nuestra función.
Cuerpos desnudos comienzan a jugar…y en ese juego, se ven nuestros dedos rozando parte de nuestros cuerpos. Y ese mismo tacto lo ve el otro por una pantallita virtual.
Explícitos lenguajes subliminales…explicito sexo.
Virtuosos toques de nuestros bultos a punto de estallar.
Te deseo, me deseas…pero en el teatro de la lujuria, solo hay una historia, la lujuria.
Tu verga dura y enorme, tus dedos marcando tus sinuosas marcas esculturales…y tu cara despidiendo calentura era percibida por mi cámara Web.
Pero vos también veías mi placer, combinándose con una paja virtual.
El resultado, leche bañando nuestros cuerpos.
El final, el cierre de nuestro telón, en el teatro del mórbido lujurioso.
Pero el final, no terminará sino cuando nuestro encuentro sea real.
En el mismo, se crean anatomías perfectas, cuerpos sinuosos, cargados de placer.
Un gran semental pasillo de placeres que deben ser saciados.
Y es ahí, donde se abre el telón del teatro lujurioso.
Nuestras cámaras encienden su proyección, y con ellas, nuestra percepción.
Una percepción sensorial, un tanto virtual, un tanto mórbida, y un tanto lujuriosa.
La luz amarilla de nuestra gran tecnología comienza a brillar…y ahí empieza nuestra función.
Cuerpos desnudos comienzan a jugar…y en ese juego, se ven nuestros dedos rozando parte de nuestros cuerpos. Y ese mismo tacto lo ve el otro por una pantallita virtual.
Explícitos lenguajes subliminales…explicito sexo.
Virtuosos toques de nuestros bultos a punto de estallar.
Te deseo, me deseas…pero en el teatro de la lujuria, solo hay una historia, la lujuria.
Tu verga dura y enorme, tus dedos marcando tus sinuosas marcas esculturales…y tu cara despidiendo calentura era percibida por mi cámara Web.
Pero vos también veías mi placer, combinándose con una paja virtual.
El resultado, leche bañando nuestros cuerpos.
El final, el cierre de nuestro telón, en el teatro del mórbido lujurioso.
Pero el final, no terminará sino cuando nuestro encuentro sea real.