Espamos tibios de deseo.


Percepciones a cuota audaz,
indescriptibles crujidos de
pasión que comienzan
a amontonarse con la melodía
que impone sensualidad.
Al alzar tu vista, solo
observas un cuerpo que
viene por ti,
como si hubiera deudas
de por medio, y que quisieran
ser saldadas....
La sombra, cada vez,
empieza a tener mas de realismo,
y la audacia comienza a derretirse
como hielo en llama...
Te tomo... el calor de nuestros cuerpos
alientan a seguir en las tibias delicias
de los cuerpos ardientes.
Un beso que comienza en los labios,
y continua, en forma sutil,
hasta tu virilidad...
Virilidad adicta que hace
desear y desear
hasta explotar en calor...
y querer jugar a los
séptimos pecados
de la noche oscura.
Profunda dilatación,
oh si, muy profunda
suficiente para albergar
mi verga que estalla de calor...
Y en un abrir y cerrar de ojos,
comienzo a penetrarte,
primero, sutilmente,
luego, brutalmente,
hasta terminar de forma
lenta pero perpizcamente
hasta rozar tu zona erogena
y producir en ti espamos
de deseo,
grititos de desesperacion,
pues sientes como empieza
a correr en ti,
lo que tanto deseo,
produce en mi
al sentirlo caliente
correr por mis partes.


Almas Lujuriosas de Abril



Me acerco a vos, con el propósito
de ser el dueño de tu sensual frenesí
que desprenden los labios a media noche.
Te susurro mi encanto hacia vos, mientras tu
respiracion comienza a agitarse.
Mi lengua comienza a recorrer la comisura de tus labios,
mientras que tu boca entreabierta, comienza a desprender
rastros de seducción.
Seducción suficiente para alentar la guerra troyana
de aquellas épocas.
Oh, si esto es amor, entrego a el enceguido.
Te toco, y me tocas.
Te como y me comes.
Sos esa cuota de sensualidad, que no hace más
que endurecer mi verga,
y voltearé de espaldas...
y con suaves meneos,
penetraré en las mil y un posturas
para que juntos, lleguemos
a ese mundo abstracto.
Mundo donde nuestro amor
es el fruto de la pureza
que nos gobierna.

Lenguajes de Abril.


El no quitaba su mirada sobre el, le sonreia mientras pensaba lo que juntos podrian hacer...pero en esos juegos confusos del arte de la seduccion...comenzo a acercarse queriendo hablarle, pero en vez de eso, comenzaron a rozar sus cuerpos entre si...tras besos donde sus lenguas bailaban en sus bocas al compas del placer consiguiente de las noches de los jardines terrenales. El lo recorria con fuerza, sus pezones erectos de calentura, eran lamidos por su lengua.
Ambos se deseaban, ambos querian tener todo del otro, pero la timidez de uno mas la travesura del siguiente, no pudieron resistir al masajeo de sus bultos que suavemente, desenvolvian.
Es ahi, cuando el activo lo sujeta de la cabeza, la sube, lo besa...y con un poco de saliva decide penetrarlo comenzando un juego abstracto donde el sudor comienza a elevarse, y hacerlo volar hasta dimensiones desconocidas.
Lo cojia con ganas, con amor, con suaves movimientos, que luego, serian terribles para formar en ese cuarto las mejores posiciones para unir sus cuerpos, sin limites...hasta hacerle estallar su verga en un semental baño de lujuria.

Venganza Morbida...muy morbida.



Mórbido, muy mórbido…
Admitir mi debilidad, fue un tanto interesante.
Ludís ya no era un estorbo, sino una recolección de pequeñas cadenas de timina, guanina y otras proteínas.
Mórbido, demasiado mórbido. El encuentro.
Lo admito, soy un monstruo organizado. Lo fui de chico, lo fui de adolescente, y lo soy, como adulto. Pero no hay nada más gratificante, que ver corriendo ese caudal de sustancia líquida
Roja brillante y escarlata oxigenada.
No hay sangre, no hay sangre pegajosa, no hay sangre chorreante, ni burbujeante.
Es único. Mórbido, excelente morbilidad.
Sinceramente, conseguir propuestas honestas por parte de el, ya era soñar con que mi pared me declarase su amor.
Y las heridas siguen recientes. Y como aquellas cualidades de las que todos carecemos pueden combinarse muy placenteramente con el crimen, decidí tomar esos riesgos.
Un llamado. Una cita. Varias hormigas en la mesa. Mentes peligrosas. Y el encuentro se hace factible. Una sorpresa por detrás…
El viento roza mi cara, traía hacia nosotros las voces encerradas de nuestro resentimiento. Esperaba una respuesta. Y no la hubo.
Me acerco por detrás, lo acerco a mi entrepierna…un suave meneo.
Los roces despiertan mi verga, y entre ese franeleo, puedo sentir tu deseo.
Pero soy lo suficientemente fuerte como para que en ese franeleo, mis manos tomen tu cuello, y empiecen a friccionar fuerte…más fuerte, hasta sentir tus arcadas, tu saliva salir de su refugio, y caer sin vida frente a mis pies.
Soy vengador serial, así que si ellos te están buscando, es mejor que te encuentren primero.

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